Almería es una ciudad, capital de la provincia de amería, en la comunidad autónoma de Andalucía. Es el centro neurálgico de la Comarca Metropolitana de Almería, en el extremo sureste de la península ibérica y de la comarca turística de Almería-Cabo de Gata-Níjar. La rodean por el oeste la sierra de Gádor, por el norte Sierra Alhamilla y por el este el valle y delta del río Andarax y, más allá, una llanura que culmina en la sierra de Cabo de Gata. Al sur, su puerto y litoral se abren a una amplia bahía sobre el mar Mediterráneo.
Fue fundada en 955 d. C. por Abderramán III en un emplazamiento dominado anteriormente por otras urbes como la ibera Urci o la romana Portus Magnus y desempeñó un papel fundamental durante el califato de Córdoba, llegando a ser el puerto más importante del al-Ándalus omeya. Alcanzó su máximo esplendor durante la taifa, en el siglo XI, convirtiéndose bajo el reinado de Almotacín en un emporio comercial y cultural.
La Alcazaba, Castillo y Murallas del Cerro de San Cristóbal de Almería es uno de los conjuntos monumentales y arqueológicos andalusíes más importantes de la península ibérica. Sus casi mil años de historia nos ha permitido conocer la evolución experimentada en la arquitectura civil y militar durante la dominación árabe en Al-andalus, debido a su construcción en diferentes fases y épocas, como el castillo y torres de época bajomedieval cristiana (siglos XV-XVI), así como el origen y evolución de la ciudad (con un perímetro en total de toda la fortificación, de 1430 metros, contabilizando el castillo bajomedieval, la alcazaba conservada en la actualidad y el resto de murallas exteriores).
Situadas en un cerro aislado, la Alcazaba es una sólida y extensa fortaleza con murallas de más de tres metros de anchura y cinco de altura, formando un recinto cerrado sobre sí mismo, pero conectado con los lienzos de la Muralla que configuran y dan sentido a su propio desarrollo, dentro de una unidad más compleja, como es la fortificación de la ciudad, en el que el barranco de la Hoya y el cerro de San Cristóbal mantiene una conexión directa con la Alcazaba, tanto física como visual, creando un conjunto de extraordinaria magnitud. La Alcazaba-castillo queda al sur conectada con la ciudad, y al norte el Cerro de San Cristóbal, que termina por definir un espacio único, de indudable interés cultural.
En el año 2010 la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre - Real Casa de la Moneda de España, como parte del «Programa Capitales de Provincia y Ciudades Autónomas» acuñó en la moneda de 5 euros correspondiente a Almería una imagen de este monumento.
Es una de las ciudadelas mejor conservadas en la actualidad, siendo la segunda alcazaba árabe más extensa de la península ibérica en lo concerniente a su recinto de construcción de época musulmana y la segunda de cuantas se conservan en la actualidad.
En el año 955 Abderramán III concede a Almería la categoría de medina. Es en ese momento cuando se comienza a construir la Alcazaba. Se construye también la mezquita aljama, cuyos restos son visibles en la iglesia de San Juan, y las murallas que rodean la ciudad. La Alcazaba fue una fortaleza militar y al mismo tiempo sede del gobierno. Desde este lugar se domina la ciudad y el mar. Se perfeccionó todo el conjunto y se engrandeció con Almanzor y más tarde alcanzó su máximo esplendor con Jairán, primer rey de la Taifa de Almería, entre los años 1012 y 1028.
Hacia el año 1522 hubo un terremoto que destruyó gran parte de la ciudad, resultando este recinto gravemente afectado. Aunque se conoce el uso que se hacía de esta parcela, se desconoce por completo su aspecto original, pues no se han encontrado documentos o imágenes que describan la fisonomía interior del primer recinto. Es por esta razón por la que, a la hora de restaurar la Alcazaba, se decidió realizar una serie de jardines y ornamentos a semejanza de la Alhambra de Granada. Los suelos empedrados, los pequeños canales que recorren los desniveles del terreno con el transcurrir del agua, los setos, las fuentecillas y los árboles son elementos que se desconoce si originalmente ocupaban estos terrenos, pero que hacen más agradables las visitas.
Situada en el extremo más occidental de la construcción, la torre de la Pólvora se usaba para almacenar los explosivos que se utilizarían en las armas de la fortaleza. Hacia 1845 se le instaló el que sería el primer pararrayos de la ciudad, como elemento de seguridad para prevenir posibles explosiones accidentales como la acaecida en 1707 por la caída de un rayo sobre esta. Para su construcción se colocaron tres puntas de platino, que fueron compradas en París a un coste de 25 francos cada una, y una aguja situada a ocho varas de altura, con el depósito de evacuación excavado en el cerro exterior. El precio final de todo el proyecto fue de 2 766 reales de vellón. Dado que las arcas municipales no podían hacer frente a tal gasto, se recurrió a las familias locales más adineradas para que realizaran donaciones a tal efecto.
Cable Inglés, cargadero de mineral construido de hierro en estilo ecléctico en 1904.
Monumento a los mártires de la libertad, situado en la Plaza de la Constitución.
Edificio de las Mariposas en la Puerta de Purchena
Observatorio geofísico y sede del Instituto Geográfico Nacional
Escuela de Artes y oficios, la cual ocupa un edificio construido en la segunda mitad del siglo XIX y parte del XX, y se corresponde al claustro del antiguo convento de Santo Domingo, fundado en 1492 por los Reyes Católicos.
Diputación provincialAyuntamiento
El Preventorio Infantil del Niño Jesús fue entre 1945 y 1965 un centro para la lucha contra la tuberculosis infantil en Almería. Recientemente restaurado, es sede provisional del ayuntamiento de Almería
Palacio de justiciaAntigua estación de ferrocarril
Puerta principal del mercado
Museo de Arte de Almería,
Catedral de la Encarnación de Almería
Tras quedar el templo primitivo dañado por un terremoto en 1522, el obispo Fray Diego Fernández de Villalán ordenó su construcción cuatro años después, pero no fue completada hasta el siglo XVIII. Presenta planta de salón de estilo gótico tardío con tres naves de cubierta plana y elementos defensivos que la hacen una de las pocas catedrales-fortaleza de Europa. Tres capillas, en la cabecera y girola, conforman una planta de forma rectangular. En el transepto y sobre el crucero se sitúa la linterna renacentista, obra de Juan de Orea, autor también de la sacristía y del patio de armas, convertido en claustro neoclásico por Ventura Rodríguez durante el siglo XVIII. El templo cuenta con una torre del homenaje del siglo XVII en el ángulo noroeste y dos portadas renacentistas: la principal y la de los Perdones, construidas entre 1550 y 1573 por Juan de Orea. También destacan la sacristía, renacentista, el trascoro, el altar mayor y las capillas de San Indalecio y del Cristo de la Escucha, que alberga el sepulcro del fundador.
Ermita de Torregarcía
Convento de las Claras
Tras su desamortización a principios del siglo XIX, el convento fue adecuado para que se alojara la reina Isabel II de España en su visita a la ciudad en 1862.
La Orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara recuperó el convento hacia 1894, aunque fue incendiado nada más estallar la Guerra civil española y posteriormente utilizado como almacén de suministros, como cemento. Al terminar la contienda, se expropió parte de los terrenos para construir un monumento a los caídos, diseñado por Guillermo Langle, y que ahora es utilizado como jardín del propio convento.
Fuente de los peces «Cuartel central: Génova: Cruz de San Jorge (Roja carmesí sobre fondo de plata). Cuarteles exteriores: El número de Cuarteles que componen la bordura son quince compones, distribuidos de manera alternativa en Granadas, Aguilas, Castillos, Leones y Palos, en número de tres por cada uno de estos símbolos. Granada: (Granada de su color rajada de gules). Castilla: (Castillo de oro sobre gules aclarado también de gules). León: (Leon rojos carmesí(de gules) rampantes coronados de oro y armados de gules, sobre fondo de plata). Aragón: (Palos rojos carmesí(gules) sobre fondo de oro). Navarra: (Aguila, unicéfala negra sobre fondo de oro, correspondiente al antiguo escudo de Navarra). Corona: Corona Real Cerrada: Dorada con perlas, almohadillado rojo y pedrería. Orla: De plata con inscripción en negro, y con la leyenda: "Muy noble, muy leal y decidida por la libertad, ciudad de Almería".»
Sol que brilla en los caireles de mi alegre Andalucía, manojito de claveles es la tierra de Almería. Allí vi la luz primera y empecé a tararear, y hasta el día en que me muera yo le tengo que cantar. Estribillo: Almería, un inmenso coral es tu hermosa bahía. Almería, es tu Virgen del Mar mi estrellita y mi guía. Almería, paraíso de amor, tus mujeres son flores. Tu alcazaba de luz y tu embrujo andaluz. Reina mora eres tú para los españoles. Son las uvas luceritos desprendidos de tu cielo que se van por todos sitios pregonando tu salero. Los metales de tu entraña son tu gloria y tu esplendor. Eres lo mejor de España, Almería de mi amor. Estribillo. Reina mora eres tú... Ayyyyyy. Reina mora eres tú para los españoles. |
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La historia de Almería viene marcada por su situación estratégica en el sureste de la Península, siendo lugar de paso y asentamiento de numerosas civilizaciones mediterráneas.
- En el periodo Neolítico, la población autóctona dejó testimonio de su arte y de su sistema de creencias. La comarca de los Vélez conserva importantes muestras de arte rupestre, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Especial interés tiene la Cueva de los Letreros, en Vélez Blanco. Allí se encontró una representación del Indalo, una figura antropomórfica que se convirtió en símbolo de Almería.
- En la Edad de los Metales (periodo calcolítico) surge la primera “ciudad” de la que tenemos noticia: el poblado de Los Millares. Se trata de una ciudad que llegó a albergar a más de mil personas con un complejo sistema defensivo y en la que se ha encontrado una necrópolis con más de cien tumbas de falsa cúpula. El yacimiento, excavado por el ingeniero belga Luis Siret, se encuentra en el término municipal de Santa Fe de Mondújar a orillas del río Andarax. Se sabe que tubo una cultura basada en la metalurgia del cobre y que se extendieron por buena parte de la Península Ibérica durante el tercer milenio antes de Cristo. El poblado fue abandonado alrededor del año 1.800 antes de Cristo.
- En la Edad del Bronce, entre 1700 y 1400 a. de C., se desarrolla en el Levante almeriense la importante cultura de El Argar situada en el bajo Almanzora.
- Las colonias de Baria (Villaricos) y Abdera (Adra) dan testimonio de la presencia fenicia en nuestras tierras. Estas poblaciones mantuvieron contactos con los griegos y se convirtieron en cartaginesas cuando la civilización púnica se extendió por el sureste español.
- El enfrentamiento con Roma pondrá fin a la presencia cartaginesa y supondrá la llegada de los nuevos colonizadores. En Adra y en Almería se conservan restos de fábricas de salazones romanas, prueba de un floreciente comercio basado en la producción del “garum”, salsa a base de pescado y hierbas aromáticas considerada una exquisitez en la época.
- Tras la dominación romana, Almería fue ocupada por vándalos, visigodos y bizantinos. Sin embargo la civilización islámica, con una presencia de ocho siglos en la provincia, es la que ejerció una influencia más importante. A comienzos del siglo VIII los árabes -yemeníes fundamentalmente- y los bereberes llegan a territorio almeriense y comienzan a desarrollar una agricultura que modificará sustancialmente el paisaje.
- En el año 955, Abderramán III ordena la construcción de la Alcazaba (la segunda fortaleza musulmana en extensión, tras la Alhambra de Granada en la Península Ibérica) para contrarrestar la amenaza del califato fatimí con capital en Mahdia (Túnez). Es el nacimiento oficial de la ciudad de Almería, que hasta ese momento había sido al-Mariya Bayyana (la Atalaya de Pechina). La nueva población se convertirá en el principal puerto del califato de Córdoba y desarrollará un importante comercio con el Mediterráneo Oriental y el norte de África.
Restos de la muralla califal, fortalezas repartidas por toda la provincia y el mihrab de la Gran Mezquita, en la actual iglesia de San Juan, son parte del ingente patrimonio legado por los andalusíes.
Reino de taifas
La desintegración del califato cordobés da paso al reino de taifas de Almería con Jairán como primer rey. El máximo esplendor de la taifa se vivirá con Almotacín, el rey poeta, de cuyo palacio se conservan restos en el segundo recinto de la Alcazaba. Corre el siglo XI y Almería basa su prosperidad en la exportación de la seda. La invasión almorávide pone fin a la taifa almeriense pero la ciudad sigue siendo un emporio industrial codiciado por los reinos cristianos.
El emperador Alfonso VII, ayudado por catalanes, genoveses, pisanos y francos, encabeza una cruzada contra Almería y conquista la ciudad en 1147. Su dominio durará sólo diez años y Almería volverá a ser musulmana bajo los almohades, pero nunca recuperará su antiguo esplendor. En el siglo XIII la ciudad pasa a formar parte del reino nazarí de Granada hasta la toma de los Reyes Católicos en el año 1489.
Tras la toma de la ciudad se construyeron el tercer recinto de la Alcazaba, las iglesias de Santiago y San Juan ésta última sobre los restos de la Gran Mezquita y la catedral, de estilo gótico tardío con fachadas renacentistas a cargo de Juan de Orea, que es la única catedral fortaleza de Andalucía. Su cercanía al mar y la situación de inseguridad motivada por los ataques berberiscos, aconsejaron la construcción de un templo con un carácter netamente defensivo.
Aunque da comienzo la repoblación cristiana, los moriscos continuarán siendo la población mayoritaria en buena parte de la provincia hasta el estallido de la guerra de las Alpujarras en 1568. Encabezados por Abén Humeya los moriscos se sublevaron en respuesta a los agravios que padecían desde la firma de las Capitulaciones. La guerra es cruenta y desborda el ámbito alpujarreño. Abén Humeya asedia Vera, ataca Cuevas del Almanzora y en su retirada se detiene en Purchena donde organiza unos juegos deportivos que han sido recuperados en nuestros días gracias al testimonio de Ginés Pérez de Hita, escritor y soldado del marqués de los Vélez. El 'rey de la Alpujarra' establece su corte en Laujar y allí muere asesinado por los suyos en una intriga palaciega. Felipe II había enviado a su hermanastro, Juan de Austria, a aplastar la rebelión. Los moriscos son finalmente derrotados y diseminados por otras regiones españolas hasta la expulsión definitiva bajo el reinado de Felipe III.
Almería recibe nuevos repobladores, pero ha entrado ya en un inexorable proceso de decadencia al que han contribuido los terremotos y la continua amenaza de ataques piratas en la costa.
La modernidad
Almería no empieza a salir de su letargo hasta entrado el siglo XIX. La minería y el cultivo de la uva proporcionan unas décadas de prosperidad en las que surge una incipiente burguesía. En este periodo destaca la figura de Nicolás Salmerón, político de ideas progresistas que fue presidente de la I República, cargo del que dimitió por negarse a firmar unas sentencias de muerte.
La llegada del ferrocarril y la mejora del puerto no pueden impedir que en las primeras décadas del siglo XX numerosos almerienses emprendan el camino de la emigración con destino a Argelia y a América. La Guerra Civil dejará profundas heridas. El episodio más dramático fue el bombardeo de la ciudad por la Marina alemana.
La posguerra será especialmente dura y, a partir de los años cincuenta, la provincia vivirá una auténtica sangría demográfica. Miles de almerienses emigraron a Cataluña, a Francia y a Alemania. A finales de los sesenta se inicia un nuevo periodo de prosperidad basado en la agricultura intensiva bajo plástico y en el turismo. En los últimos años, Almería ha pasado a ser tierra de promisión para miles de inmigrantes del norte de África y del Este de Europa que llegan buscando una vida mejor.
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