sábado, 25 de marzo de 2023

Lora del río (Sevilla) Andalucía

 

Lora del Río cuenta con una población de 18 630 habitantes (INE, 2020), incluye además de la localidad principal varias pedanías, entre las que destacan las de Setefilla y El Priorato. Lora del Río se encuentra situada a una altitud de 38 metros sobre el nivel del mar, a 57 kilómetros de la capital provincial: Sevilla.
Ayuntamiento

Mercado de abastos, obra de Aníbal González. Construido en 1910



Torre de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Antigua sede del Priorato de Lora, su construcción se inició, sobre la antigua mezquita árabe, en la segunda parte del siglo XV, continuándose en el XVI. Durante la última mitad el siglo XIX se efectuaron importantes reformas, momento en el que se ultima la torre.

Encrucijada de caminos entre Córdoba  y Sevilla, este maravilloso municipio nos deja su legado histórico más complejo, desde la época romano conquistado por el Emperador Vespaciano enamorado quedo de su más preciado oro líquido, nuestro aceite, que hasta roma llegaban sus ánforas con el preciado manjar.
Lar romano hallado en Lora del Río (Museo Arqueológico Nacional en Madrid).

Los Romanos se establecieron a finales del siglo iii a. C. en la comarca y con el nombre de Axati convirtieron a Lora en un gran centro productor-exportador de aceite de oliva. El emperador Vespasiano le concedió el derecho latino y pasó a ser un Municipium Flavium. La romanización estaba hecha. En este periodo debió ser también un asentamiento militar de gran importancia estratégica.

Aunque se carecen de datos fiables, la época visigoda debió tener una cierta importancia en la zona a juzgar por el número de restos funerarios hallados. Algunos autores atribuyen a este período el origen del actual nombre de Lora por la abundancia de laurel. La Lawra árabe siguió siendo un núcleo de población importante y un centro defensivo notable entre Córdoba y Sevilla según cuentan los cronistas contemporáneos.
En época árabe se fortifica el castillo y se construyen las murallas, recibiendo el nombre de Al-Lawra.
Se trata de una fortaleza almohade del s. XII marcada en la protección del curso del Guadalquivir como vía de comunicación. Se han encontrado restos cerámicos de epoca iberica, fenicia y romana.

Feria
Ayuntamiento









Escudo cuadrilongo de base redondeada. En campo de plata, un laurel terrasado, superado de corona marquesal fileteada de sable. Bordura de azur con filieras de oro. Debajo del mismo va colocada una cinta flotante de plata fileteada de azur en la que con letras romanas, de sable, puede leerse la inscripción «MVNICIPIVM FLAVIVM AXATITANVM». Al timbre, corona real española cerrada.



--------------------------------------------------------

Fernando III de Castilla la conquista a mediados del siglo XIII, concretamente en el año 1247, donándola inmediatamente a la Orden Militar de San Juan de Jerusalén o de Malta, cuyos caballeros habían contribuido decisivamente a su rendición. Con estos territorios la Orden organizó un pequeño señorío que acabó configurándose en una bailía y varias encomiendas, cuya capitalidad residía en la villa de Lora, jurídicamente establecida en la Carta Puebla de 1259. Esta situación se mantendrá hasta la desamortización del siglo XIX. Por tanto, este pueblo estuvo seis siglos bajo la tutela de las mismas manos, el Prior o Bailio de Lora.

En sus alrededores existieron siete aldeas bajo su jurisdicción, que se llamaron Septe filias, de donde procede el nombre de Setefilla, lugar donde se alza hoy el Santuario a la Virgen de dicho nombre, es en estos primeros años, tras la conquista, cuando va a surgir el culto a la Virgen de Setefilla, imagen que la Orden trajo, o hizo esculpir, y entronizó en el templo setefillano, a los pies del castillo, plaza fuerte y vigía de la zona, muy probablemente a mediados del siglo XIV.

En lo que refiere a la Edad Moderna en sí, la zona loreña no está estudiada en su totalidad, pero sí cabe destacar que se ha estudiado de forma parcial por Pascual Sanchís Domínguez. En el siglo XVII se produjo en Lora, como en otras muchas ciudades, una intensa actividad constructora religiosa, fundándose dos conventos masculinos y uno femenino y varias ermitas. Estas construcciones se llevaron a cabo gracias a la colaboración de varias familias importantes de la zona.

Por otro lado, sobre el siglo XVII, Sanchís Domínguez asegura que no se pueden dar datos fiables en cuanto a la demografía se refiere, pues los padrones que se realizaron tenían fines tributarios. A pesar de ello, Sanchís Domínguez señala que hubo incidencias negativas que provocaron una caída en el crecimiento poblacional, pues se vivieron emigraciones, epidemias, años de sequía y fuertes inundaciones . El siglo XVIII loreño es el siglo del auge económico que se notó por el incremento de la población, pues en la segunda mitad del siglo, según J. Ponce Alberca, que se basa en los censos de Aranda y Floridablanca, se produce un aumento considerable. Además, es el siglo de las grandes construcciones civiles y eclesiásticas como pueden ser el Ayuntamiento, la Casa de los Leones, la Casa de las Columnas (también conocida como Casa de la Virgen) o la Iglesia de Nuestro Padre Jesús.

Lora del Río va a alcanzar su máximo esplendor a lo largo del siglo XVIII, reflejado en la construcción de importantes edificios públicos (Ayuntamiento), religiosos (Iglesia de Jesús) e incluso privados (Casa de los Montalbo, Casa de los Leones).

A lo largo del siglo XIX se van a producir importantes cambios en la villa de donde surgirá la Lora moderna que hoy se conoce, aunque será ya en el siglo XX cuando, gracias a la implantación de nuevos regadíos, y a la llegada de inmigrantes de otras regiones, Lora se recupere e inicie un proceso de crecimiento que, aunque con ciertos altibajos, aún no se ha detenido. Así mismo, los procesos de colonización agraria de los años sesenta ha supuesto la creación dentro de su término municipal de dos nuevos poblados: Setefilla y El Priorato.

El siglo XX es el punto de inflexión en la historia de Lora, pues es el siglo de las transformaciones. Es el siglo donde la recuperación se hace más eco, pues el término tenía productos como olivares de verdeo, viñas, encinas, naranjos, frutales, cereales, barbecho, etc. Además, poseía varias fábricas como las de aceite de olivar, de aguardiente, jabón, pan, de tejas y ladrillos, de papel, etc., aunque la más característica es la fábrica de la Pimentonera, nombre que aún se le denomina a la plaza donde estaba situada esta fábrica.

A pesar de ello, Lora del Río entró en una crisis económica que provocó la caída de las diferentes industrias que poseía la localidad, como la de la Pimentonera o la de la Celulosa Española. En los últimos años del siglo XX y los años actuales, la localidad sevillana ha comenzado su recuperación de forma tímida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario