lunes, 15 de enero de 2024

Cártama (Málaga) Andalucía

Vista general

Cártama, es un pueblo muy antiguo que se remonta a la época de los fenicios. Cuando estos llegaron a la actual zona de Cártama, vieron que la falda del monte estaba habitada por aborígenes, con los que rápidamente establecieron relaciones comerciales. Poco a poco, se fusionaron con ellos dando lugar a Cartha, que quiere decir lugar oculto o escondido.

Más tarde, en la época de los romanos, pasó a llamarse Cartima. Bajo esta denominación, la ciudad amplió y reforzó sus muros, construyó un puerto fluvial, y aumentó mucho su número de habitantes. Por todo ello, llegó a ser una de las más importantes villas de la actual provincia de Málaga, gozando de la consideración de municipio ya en el año 195 a. C. Es de esta época de la que más restos arqueológicos se conservan, destacando el Mosaico de Venus, actualmente en el Museo de Málaga, que se descubrió en una vivienda privada en 1956 y representa el nacimiento de esta diosa.


Tras el dominio romano, Cártama pasó sucesivamente a poder de visigodos y musulmanes. Los árabes remodelaron el castillo, reconvirtiéndolo en un centro de carácter político, económico y militar; así como las murallas, que convirtieron al pueblo en uno de los principales baluartes de la defensa de Málaga, y cuyas ruinas subsisten todavía. Fue durante esta época cuando la población tomó su nombre actual, Cártama, de origen musulmán.


Centro de salud

En 1485, Cártama fue conquistada por las tropas de los Reyes Católicos.


Estación








Ermita de Nuestra Señora de los Remedios

Es un excelente ejemplo de imbricación social y religiosa que arranca en los momentos posteriores a la conquista cristiana (1485), en que se sitúan los legendarios hechos del hallazgo de la Virgen en el lugar, que se consolida definitivamente cuando surge la advocación de Nuestra Señora de los Remedios, con motivo de la epidemia de 1579, y que llega hasta la actualidad en que la devoción permanece viva y con gran repercusión en la comarca, como ponen en evidencia la romería y el flujo de feligreses en cualquier época del año.

El emplazamiento de la Ermita, en la cumbre de una colina denominada Monte de la Virgen, la convierte en referencia cultural del paisaje y en su interior, particularmente en la torre-camarín, hallamos una sobresaliente muestra del barroco andaluz que se ha relacionado con ejemplares de la categoría de los camarines de Nuestra Señora de la Victoria de Málaga y de la Virgen de los Remedios de Antequera.


Escudo de la ciudad

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Sus yacimientos arqueológicos están calificados como unos de los mayores de la provincia, entre los que destacan fragmentos de cerámica, muros, piezas de metal, monedas del Bajo Imperio y columnas romanas. Testigo del paso del tiempo y de las diferentes civilizaciones que se asentaron en Cártama ha sido el Castillo-Fortaleza. Cuando los fenicios llegaron a la actual Cártama, a la que llamaron Cartha, encontraron en la cima del Cerro de la Virgen un "castro" habitado por los îberos. Conviven durante un tiempo ambas culturas y fundan la factorîa de la Vega y de la Sierra para la explotación agrîcola de la zona. Con ello, el primitivo "castro" se reformó, surgiendo bajo su protección una ciudad llamada Carth-Ma, que significa "ciudad oculta y madre".

En el año 195 antes de Cristo, el cónsul romano Marco Poncio Catón conquista la ciudadela y su "castro". Una vez instaurado el municipio cartameño, al que llaman Cartima, los romanos transforman el "castro" en castillo, ampliando y fortificando el recinto, extendiêndose por las laderas del monte. Tanto visigodos como árabes realizan obras en la fortaleza; pero es, sin duda, con los árabes cuando el castillo adquiere su mayor desarrollo y el aspecto que hoy conocemos.

A travês de los diferentes perîodos polîticos bajo la dominación árabe podemos ver la importancia económica, social y polîtica que tuvo Cártama durante estos siglos. Asî, en la êpoca nazarî, la fortaleza cartameña se convierte en uno de los centros más importantes por su valor estratêgico, económico y polîtico. La imagen de conjunto de la fortaleza en esta êpoca fue la de un recinto de arquitectura tîpicamente militar, con pocos elementos estêticos y de gran semejanza con Álora.

En 1485 se produce el ataque decisivo de los cristianos contra Cártama. En un primer momento, la fortaleza resiste frente a las balas que no lograban abrir brechas considerables en los muros. Pero la defensa se rinde en ese año y el castillo acoge, entre sus muros, al rey Fernando El Católico y a sus colaboradores. El monarca, consciente del valor estratêgico del lugar y su importancia para la próxima conquista de Ronda y Málaga, ordena la realización de obras de consolidación del castillo. Entre dichos muros se celebra la reunión del Consejo de Nobles y se gesta la conquista de Málaga.

Tras la conquista del Reino de Granada, el castillo permaneció inactivo hasta la Guerra de la Independencia. Fue escenario de un duro ataque a los franceses que allî se refugiaron tras el asedio del general Ballesteros. Las consecuencias del paso del tiempo han dado al castillo la imagen actual.

En la zona en la que se sitúa el castillo las calles son largas y llanas que contrastan con las que suben en busca de la ermita y que, en algunos tramos, conservan su empedrado original. Esta ermita, inicialmente construida en el siglo diecisêis para edificarse de nuevo en el siglo dieciocho, destaca de entre los caserîos blancos que la rodean. Cuenta la leyenda que se levantó en agradecimiento a la Virgen, cuyos milagros se sucedieron durante una epidemia de peste que asoló al pueblo. Y esta fama de milagrosa es la que le dio el nombre de Virgen de los Remedios. Todo este caserîo blanco sigue respetando la arquitectura tradicional destacando algunos edificios como la parroquia de San Pedro, con un magnîfico artesonado mudêjar, o casas como la de González Marîn, ejemplo del neomudêjar.

La población se reparte en varios núcleos: Cártama, Cártama-Estación, El Sexmo, Loma de Cuenca, Nueva Aljaima, Sierra de Gibralgaira, Loma Tres Leguas, Doña Ana y Ampliación de Cártama. Al margen de Cártama, destaca su Estación, que debe su vida a la llegada del ferrocarril a finales del diecinueve. El tren trajo la expansión y el desarrollo, el cual se ha ido consolidando pero siempre respetando la esencia del pueblo. A mediados de los años 20 del siglo pasado se construyó el puente de hierro sobre el rîo Guadalhorce a su paso por Cártama-Estación.

La economîa se basa, fundamentalmente, en el cultivo de cîtricos aunque antes tambiên habîa vides las cuales fueron destruidas por la plaga de filoxera a finales del siglo diecinueve. Desde entonces la vega es como un inmenso jardîn donde el aroma del azahar lo inunda todo. De hecho se le conoce como el Valle del Limón. Ligado a ello, destaca la comercialización de los mismos y, en menor medida, el cultivo del olivo y de los cereales. La crîa de ganado tambiên ocupa una pequeña parcela de la actividad económica junto con la propia industria cárnica.

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