Pinos del Valle, con la Iglesia de San Sebastián al fondo.
La Iglesia de San Sebastián, en el Barrio Alto. El 30 de enero de 1668 se solicitó del cabildo, en sede vacante, licencia para bendecir una ermita que se había fabricado en el Barrio Alto para oir misa los vecinos de aquel barrio y los que pasaban hacia Motril.
En esta ermita, dedicada a San Sebastián, a finales del siglo XIII se celebraban dos misas los días de fiesta para los vecinos y transeuntes (entonces por aquí pasaba el camino de Granada a Motril y era pueblo de jornada).
Tras la Guerra de la Independencia la ermita fue reedificada bajo el patrocinio de Juan José Bonel y Orbe, cardenal primado de España y arzobispo de Toledo, convirtiéndose así en una iglesia de corte neoclásico.
El templo es de planta rectangular y posee tres naves y un crucero. Las naves centrales se cubren con una bóveda de cañón, mientras que las laterales lo hacen con bóvedas forjadas. La capilla mayor ocupa un espacio semicircular en el que destaca el tríptico de madera policromada de Domingo Sánchez Mesa, con imágenes como la del Cristo del Zapato, San Sebastián y San Roque, el patrón de esta localidad. En el exterior podemos obsevar las dos torres que se alzan a los pies del templo,una de ellas está aun sin terminar, mientras que la otra queda rematada por una cúpula de media naranja sobre el campanario.
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La historia de Pinos del Valle está ligada a la de la comarca del Valle de Lecrín. Se conjetura que durante la prehistoria pudo haber sido un espacio de caza y recolección, ya que en poblaciones de los alrededores como Padul y Dúrcal se han realizado numerosos hallazgos prehistóricos (muchos de ellos descubiertos durante las obras de la Autovía A-44), aunque no constituyen material suficiente para que también atestigüen ser referidos a esta localidad.
Durante el periodo de dominación romana pasó a formar parte de la provincia de la Bética, produciéndose un aumento de la población y una transformación del territorio, con la aparición de las primeras canalizaciones de regadío. No se han hallado documentos físicos que testifiquen la existencia de poblaciones en Pinos del Valle durante el periodo de romanización, pero sí existen yacimientos destacados. Del asentamiento de los romanos, aún se conserva un pequeño acueducto en el paraje de Zazas.
Tras la caída del Imperio romano de Occidente y unos breves periodos de ocupación vándala y visigoda, pasó a formar parte de la provincia bizantina de Spania en los siglos VI y VII, hasta que nuevamente cayó bajo dominación visigoda durante el reinado de Suintila.
La conquista musulmana de la península ibérica fue imparable y fulminante. Durante los ocho siglos de dominio musulmán, la localidad adquirió la configuración urbana y agrícola que ha permanecido sin cambios sustanciales hasta la actualidad. Se introdujeron y desarrollaron nuevos cultivos, así como una extensa red de regadío de la que aún quedan vestigios. En el siglo XV creció su población con los musulmanes que llegaban huyendo de los territorios ocupados por el Reino de Castilla y otros reinos cristianos durante la Reconquista.
Durante la Guerra de Granada, todo el Valle de Lecrín, incluyendo Pinos, fue sometido a la destrucción de sus cultivos y a la represión y captura de sus habitantes. Las tropas castellanas que rodeaban Granada realizaron varias incursiones y saqueos en el valle, resultando la de abril de 1491 la más sangrienta y devastadora. Tras la rendición de Granada en 1492 y la culminación de la reconquista por los Reyes Católicos, las costumbres y religión de los moriscos fueron inicialmente respetadas. Sin embargo, la llegada del cardenal Cisneros en 1499 impuso de forma implacable la conversión de los moriscos al cristianismo. La Pragmática Sanción antimorisca de Felipe II en 1567, que prohibía la religión islámica y las costumbres, lengua y vestimentas de los moriscos dio lugar a la rebelión de las Alpujarras. Al año siguiente, el noble Fernando de Válor fue proclamado en Béznar rey de los moriscos con el nombre musulmán de Abén Humeya. Los moriscos de Pinos del Valle colaboraron en la sublevación, e incluso marcharon hacia al barranco de Tablate para hostigar y obstaculizar el avance de las tropas castellanas hacia la Alpujarra. Finalmente, don Juan de Austria, Capitán General de las fuerzas castellanas, logró sofocar la revuelta en la región en 1571 y los moriscos que la secundaron fueron castigados. La población morisca originaria de Pinos del Valle quedó bastante reducida, lo que trajo consigo la decadencia de la agricultura y de la cría del gusano de seda, que había sido muy floreciente hasta entonces. Tras la huida prácticamente total de los moriscos hacia Andalucía Occidental y las dos Castillas3, comenzó una época de declive.
Periodo contemporáneo
Los efectos de la repoblación con cristianos provenientes mayoritariamente de Jaén, Córdoba, Galicia y la Meseta Norte no fueron positivos sobre la agricultura, ya que se produjo una desintensificación, además de un retroceso respecto a las técnicas agrícolas preexistentes, puesto que los repobladores no conocían las necesidades de muchos de los cultivos que practicaban los moriscos. Los molinos que abundaban se destinaban a la producción de aceite y fueron sustituidos por más molinos de harina. Progresivamente se fue introduciendo la vid, aunque la plaga de filoxera del siglo XIX destruyó prácticamente todos los viñedos. El cultivo de cítricos que existe actualmente se introdujo en el siglo XX, tras el fracaso de los viñedos. Comenzó su implantación en Béznar y fue extendiéndose gradualmente por todo el Valle de Lecrín. Actualmente son el principal aprovechamiento agrícola del Valle y una de las principales características que definen su paisaje.
El 25 de diciembre de 1884, durante el reinado de Alfonso XII, un terremoto con magnitud de entre 6,2 y 6,5 en la escala de Richter y epicentro en Albuñuelas causó importantes destrozos en Pinos del Valle. Las primeras ayudas que se recibieron fueron cargamentos de víveres y de mantas. Además, desde el consejo de ministros se acordó realizar actos recaudación caritativa para reparar los daños causados por el sismo y prestar asistencia y protección a los damnificados, en los que estuvieron presentes los reyes Alfonso XII y María Cristina y las infantas Isabel y Eulalia.
Pinos del Valle fue un municipio independiente hasta 1976, cuando se fusionó junto con Ízbor en un solo municipio llamado El Pinar. Desde entonces ostenta la capitalidad municipal y es la sede del ayuntamiento pinero.
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